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El barrio de Villaamil tuvo sus comienzos en el año 1965, en el principio había pocos servicios, alguna panadería, un pequeño supermercado, algunos bares, no teníamos iglesia, la más cercana era Santa María la Mayor en la calle Villaamil, cerca de Francos Rodríguez.
Junto a este nuevo barrio, estaba ya el barrio de Valdezarza, con algunos años más, y los bloques de Sánchez Preciados, que también empezaron en la misma época.
Hacia los primeros meses del año 1966, nos enteramos que el Obispado de Madrid, había concedido una parroquia a este nuevo barrio.
La Parroquia fue erigida el 25 de julio de 1965 con el nombre de San Cornelio, y desmembrada de la de San Gabriel, en tiempo de Mons. Casimiro Morcillo.
El constructor José Banús cedió al obispado ocho locales juntos que daban a la parte de atrás del bloque nº 8, de la calle de San Restituto para la iglesia, se unieron cuatro y en ellos se hizo la parroquia, dejando los otros cuatro para futuros servicios, estos cuatro locales tenían un piso arriba cada uno.
Nombraron a D. Juan Moreno sacerdote diocesano, como nuevo párroco. Él se dio a conocer a los vecinos y solicitó su ayuda para acondicionar los locales. Se pintaron las paredes entre varios vecinos, pusieron bancos, colocaron el altar. Hicieron un pequeño cuarto a la derecha de la iglesia, para la sacristía. Y a la izquierda se abrió una puerta para comunicar con los otros locales.
El Obispo D. Casimiro Morcillo, tenía como chofer a D. Pedro Gil, que era natural de Garrovillas, pueblo de la Provincia de Cáceres, en el que se honraba a la Virgen con el título de Altagracia.
Don Pedro solicitó al Sr. Obispo, que en vez de San Cornelio, pusiese a la nueva parroquia el nombre de Altagracia.
A D. Casimiro le pareció bien, y El cambio de titularidad a N. Sra. de Altagracia, se hizo con el decreto oficial, del 11 de Noviembre de 1965.
Y la parroquia fue inaugurada en mayo de 1966 en calle Valle de Belagua, nº 9.
El 21 de enero de 1975 se hicieron los nuevos limites últimos. El 4 de Noviembre de 1997, el Ayuntamiento cede la superficie de 1,200m para la edificación de la Parroquia. Se hizo por convenio entre el Ayuntamiento y el Arzobispado, de intercambio o permuta de terrenos en tiempos de Mons. Antonio Mª Rouco Varela y del Alcalde José Mª Álvarez del Manzano.
Pero tuvieron que pasar bastantes años hasta 2010, para colocar la primera piedra de la nueva parroquia.
El día que se inauguró la Parroquia en calle Valle de Belagua, hubo una gran celebración, fueron invitados varios sacerdotes, todos los vecinos y el pueblo de Garrovillas. El Obispo consagro la nueva parroquia, a Ntra. Sra. De Altagracia.
A partir de ese día, comenzamos a participar de las Eucaristías, a darnos a conocer al párroco Don Juan. Él también fue conociendo a las familias, visitando sus casas, e invitando a los vecinos a visitar la nueva parroquia.
Comenzaron las actividades, bautizos, catequesis. Dos grupos de matrimonios.
También se vendieron al obispado a un precio módico, cuatro locales más y dos pisos bajos en el bloque de enfrente, para vivienda de los sacerdotes.
En uno de estos locales D. Juan, fundó el Hogar de la Amistad, un pequeño. centro donde se reunían las personas mayores del barrio, para compartir su tiempo, jugando a las cartas, charlando, creando amistad.
Fue nombrado encargado del Hogar, D. Evencio Arriero, vecino del barrio y gran colaborador de la parroquia, este señor ha dedicado su vida, a la parroquia. Es un gran hombre, al que todos los sacerdotes, y vecinos, especialmente los mayores, tienen en gran estima.
En los cuatro primeros locales que había junto a la parroquia, unas religiosas de la orden de San José Cluny, instalaron un colegio en la parte de abajo, y ellas vivían en los pisos de arriba.
Este colegio estuvo pocos años, porque ellas hicieron un colegio guardería, mucho más grande en un solar de la calle San Restituto.
D. Juan también instaló en otro de los locales unas duchas, que él alquilaba los domingos, para unos equipos de futbol que jugaban en los campos de enfrente. D. Juan tuvo varios sacerdotes que le ayudaban, entre ellos D. Jesús García Herrero que luego fue párroco de la Cena del Señor en Saconia.
Mientras estuvo D. Juan en la parroquia, el 8 de septiembre, se celebraba la fiesta de Ntra. Sra. De Altagracia, a la que acudían algunas personas de Garrovillas que residían por Madrid. Una de estas personas Angelita Breña, dono a la parroquia el cuadro con la imagen de Ntra. Sra, que continua en ella.
También ese día se hacía una procesión con la imagen de la Virgen, que desde el primer día tenemos con nosotros en la parroquia. Recorría las calles del barrio, y se celebraba la Eucaristía, en la plaza de Armenteros.
La procesión solo se hizo mientras estuvo D. Juan de párroco. Después, los diferentes párrocos que hemos tenido, han celebrado la fiesta de la Virgen, pero dentro de la iglesia, eso sí, siempre han invitado a los amigos de Garrovillas, a los que después de la Eucaristía, compartían con ellos una pequeña merienda, en el Hogar de la Amistad.
Don Juan estuvo en la parroquia hasta el verano de 1975, ese año vino a sustituirle, Don Rafael Gómez que permaneció en la parroquia hasta 1978, colaboraron con él en este tiempo, Don Ernesto y Don José Arellano. También en ese tiempo empezaron a venir los trinitarios, un grupo de jóvenes que fueron integrándose en la comunidad. Leonardo Acevedo, Juan Bau, Martín Aumecoechea, Javi Agra, un poco después vinieron Carlos Cantón y Daniel García, todos diáconos menos Leonardo que ya era sacerdote.
Cuando se marchó Don Rafael, nombraron párroco a Don Leonardo Acevedo. En el año 1979, se constituye el Acta de constitución del Consejo Parroquial, compuesto: por el Presidente del Consejo el párroco Leonardo Acevedo, un secretario, un vicepresidente, un vicesecretario y tantos vocales como grupos haya.
Los cargos de Presidente, Vicepresidente, Secretario y Vicesecretario, será por votación secreta entre los miembros de los grupos.
Estos cargos serán renovados cada dos años.
El Consejo Parroquial será el Organo de Gobierno que ostenta la máxima responsabilidad en la Comunidad Parroquial, siendo sus acuerdos decisorios y de obligado cumplimiento. Y deberá reunirse con carácter ordinario una vez al mes, y con carácter extraordinario, cuantas veces sea necesario.
Cada vocal tendrá la obligación de informar al Consejo, de las actividades realizadas en cada grupo, e informar a dichos grupos, de los acuerdos adoptados en el Consejo Parroquial.
El fin primordial del Consejo Parroquial es colaborar con la comunidad de Sacerdotes, en las tareas parroquiales.
En esa época, se inauguró en el barrio, el colegio de Ntra. Sra. del Pilar, dirigido por hermanas de la Caridad, ellas empezaron a trabajar junto a los trinitarios en la parroquia, en la catequesis, en grupos de Biblia, en el coro de las misas, en clases de corte y confección. También colaboraban en la Catequesis y en reuniones de mujeres, las hermanas de San José de Cluny. Con ellos comenzaron los campamentos de verano para niños del barrio, de los que se beneficiaron bastantes niños. El primero en 1977 en Villanueva de Arosa (Galicia).
Con los trinitarios, se hicieron en la parroquia, cursos prematrimoniales. Que se dejaron de hacer durante un tiempo, y que luego retomaron los paules, pero hace tiempo que no se hacen.
Fue un tiempo bonito de una parroquia viva, llena de mucha gente joven. Ellos también cuidaron mucho el Hogar de la Amistad.
Estuvieron en la parroquia desde 1976, hasta 1984. Leonardo se fue en 1982, quedando como párroco, Javi Agra que se había ordenado sacerdote en la parroquia en el año 1980.
En el año 1984, los trinitarios se fueron definitivamente de la parroquia, con bastante pena por parte de la comunidad parroquial.
El Obispado, nombro a un nuevo párroco, esta vez sacerdote diocesano: Maximino Barrero, que estuvo 13 años de párroco, hasta primeros de 1997, que por desgracia murió.
Maxi, como todos le conocíamos, hizo una gran labor social, junto a un grupo de jesuitas que vinieron a vivir al barrio y que dedicaron gran parte de su tiempo, al colaborar en la parroquia.
Maxi dedicó su vida a la parroquia, especialmente a la juventud, conocía a todos los jóvenes del barrio, también la catequesis, potscomunión, confirmación. Formo monitores para los campamentos. Cada verano buscaba campamentos para los niños del barrio. Mantuvo el Consejo Parroquial, el Hogar de la Amistad, al que también dedico gran ilusión y acompañamiento. La Acción Social en Caritas, las misas de grupo, la cena de Navidad, el rastrillo solidario que preparaban los niños de catequesis y potscomunión con sus monitores, en Navidad.
Los salones parroquiales, estaban abiertos para todos, especialmente para los jóvenes, para sus reuniones, para sus juegos. En Semana Santa, siempre organizaba una pascua juvenil, en algún pueblo, donde participaban todos los jóvenes de confirmación.
Consiguió (gracias a la ayuda de su familia) una finca en un pueblo de Guadalajara, Razbona, que transformó, con ayuda de gente de la parroquia, en casa de convivencias, retiros. Y campamentos. También mantuvo las clases de costura, la hermana que las daba lo dejó, pero
siguieron con dos personas de la parroquia, que se ofrecieron para que continuaran.
Los jesuitas fueron para él un gran apoyo, Ernesto, Andrés Tormos, Bobi,
Alejandro, Jorge, Armando, Juan Carlos etc.
Maxi era un entusiasta con grandes ganas de vivir, pero un cáncer inesperado le llevo a la muerte con 56 años. Después de dos años de sufrimiento, el 13 del enero de 1997, nos dejó para siempre.
Su muerte llenó de tristeza a la parroquia, y su recuerdo todavía sigue vivo entre muchos de los que convivimos con él.
Mientras estuvo enfermo, estuvo haciendo de párroco Luis Munilla, sacerdote salvatoriano, gran persona que trato de seguir con el ritmo de la parroquia, de él también hay un buen recuerdo, pero sólo estuvo hasta septiembre de 1997, porque el obispado nombro a una comunidad de Paules, para hacerse cargo de la parroquia.
El primer párroco, el Padre Antonio era un señor mayor muy cordial, pero duró poco, porque a primeros del siguiente año, también falleció de un infarto.
Quedó como párroco José Eugenio, junto a Manuel Canal que venía de misionero en África.
La parroquia dio un cambio total, ellos traían otras ideas y mucha gente se desilusiono y se fue. Prácticamente la parroquia se quedó sin jóvenes, solo nos quedamos los mayores y los ancianos, fuimos acostumbrándonos a vivir otra realidad, más o menos las cosas se mantuvieron, lo malo es que cada dos o tres años, cambiábamos de párroco, y esto causa confusión y la gente se desilusiona.
Los párrocos paules fueron: Antonio, José Eugenio, Felipe, Manuel Canal, Eladio, y Manuel Freire.
José Eugenio estuvo hasta el año 2000, cuando se fue quedo de párroco Felipe, que también estuvo dos años.
Después de Felipe, nombraron párroco a Manuel Canal, al que ya conocíamos del tiempo de José Eugenio, con él trabajo Eladio, que después fue el siguiente párroco. Manuel era un buen hombre, él se implicó bastante, con él tuvimos dos convivencias en la casa que tienen los paules en Salamanca, también hizo algunas misas de grupo, donde nos reuníamos los distintos grupos de la parroquia. Trabajo mucho con los mayores. También hicimos un taller de oración, de muy grato recuerdo. De este taller salió un grupo de oración, que todavía se mantiene en la parroquia.
Manuel era muy cercano, fue él quien empezó a trabajar para que hicieran la nueva parroquia. Pero también se fue, y quedo Eladio como párroco.
Eladio era muy serio pero trabajo bien, era muy detallista, se preocupaba de la gente, siempre atento a las personas que atendían la limpieza, nos enseñaba a leer bien en la iglesia, mantuvo todo lo que funcionaba en la parroquia. Con él se puso la primera piedra de la nueva iglesia. El 16 de mayo de 2010, el Cardenal Rouco, puso la primera piedra de la nueva Iglesia.
Junto a Eladio estuvo Segundo, de quien tenemos un grato recuerdo, en especial las catequistas, su vida era la catequesis, con él vivimos grandes momentos las catequistas, tuvimos convivencias, retiros, Segundo era entrañable con todo el mundo, nos daba clases de Biblia estaba con nosotras en el grupo de oración, se preocupaba mucho de los padres de catequesis, acompañaba a los mayores.
Pero también se fue junto a Eladio. Y nombraron párroco a Manuel Freire.
De Manuel tenemos muy buen recuerdo, era mayor pero se adaptó bien a la parroquia. A él le toco vivir todo el trabajo de la nueva parroquia, que le dio bastante preocupación.
Trabajo mucho con Caritas, gracias a él, se consiguió que el Banco de Alimentos, nos concediera alimentos todos los meses, para las familias necesitadas del barrio. Animó a las chicas del coro a cantar en las misas, también comenzaron con él, los grupos ALPFA.
Era muy cercano con la gente del barrio, con los niños de catequesis, se tomaba gran interés en las reuniones de padres.
Con él se inauguró la nueva parroquia. El 4 de mayo de 2013. En la calle Azuaga nº 15.
Fueron invitados todos los anteriores párrocos, los sacerdotes cercanos, toda la gente del barrio, el ayuntamiento.
Hubo una gran celebración, la inauguró el Cardenal Rouco Varela, participaron en la misa todos los grupos de la parroquia Durante tres años más, siguió Manuel Freire como párroco, en la nueva parroquia continuaron todas las actividades, con mucha más amplitud que en la antigua.
En septiembre de 2016, se fueron definitivamente los paules, a Manuel Freire le despedimos con tristeza, agradeciéndole todo el trabajo realizado.
Desde entonces están con nosotros los Misioneros del Verbo Divino.
Un grupo de sacerdotes jóvenes con mucho entusiasmo y con ganas de mantener viva nuestra parroquia.
Los primeros en venir fueron, Mjeeva como párroco, Chava como vicario, Mateo que todavía no se había ordenado.
Con ellos se han continuado todas las actividades, y algunas nuevas, como la fiesta que hacemos en Navidad todos los grupos, con los villancicos, en el que participa cada grupo con un villancico, luego terminamos con la cena de navidad.
También el grupo misionero que se ha formado con gente que ha salido de los cursos ALPHA.
En estos últimos años hemos celebrado los 50 años de la parroquia. Se hizo una exposición de fotos de todo lo vivido durante todos estos años, que estuvo expuesta en la entrada de la parroquia durante bastante tiempo.
Se celebró una Eucaristía dirigida por un de los obispos auxiliares del cardenal, a la que se invitó a los antiguos párrocos, a los sacerdotes cercanos, a todos los grupos.
Se proyectó un video con distintos momentos vividos, se terminó con una merienda.
En diciembre de 2018, vino a Madrid un grupo de jóvenes de Taizé, a vivir unas jornadas de oración, nuestra parroquia acogió a un grupo cediendo las salas, para que pudieran dormir, y varios vecinos también se ofrecieron para dejarles alguna habitación de sus casas, algunas personas colaboraron preparando desayunos para los que dormían en la parroquia. Fue una experiencia muy bonita, también participamos en sus oraciones.
Se ha seguido trabajando con Caritas, con la catequesis, los grupos Alpha, los grupos de costura, Vida ascendente, Yoga. El coro en todas las misas. En 2019 a Chava le destinaron a Navarra, también lo sentimos mucho, se quedó Mjeeva, Pablo, Vicente y Mark.
Mjeeva comenzó una nueva forma de catequesis, con algunas nuevas catequistas, en la que participaban los padres con los niños en la catequesis, colaboraron bastante bien, hasta marzo de 2020 donde vino la pandemia y todo se paró.
En el mes de julio de 2020, se fue Mjeeva, a quien despedimos con gran tristeza, especialmente los padres de catequesis y las catequistas, con él habíamos vivido momentos entrañables.
Y se quedó Pablo como párroco hasta octubre donde vino Mario.
Actualmente están en la parroquia: Mario como párroco, Pablo vicario, y Vicente.
A Mario le consagró como párroco, nuestro cardenal don Carlos Osoro, un domingo en la misa de diez con aforo reducido, debido a la pandemia que todavía estaba muy presente.
Mário es polaco, habla muy bien el español, que aprendió en Bolivia, donde ha estado de misionero varios años, es muy joven muy simpático y gran entusiasta. Para él la catequesis es su prioridad, a pesar de las restricciones ha sabido llevar la catequesis no presencial, con video-conferencia, y preparar a los niños para su encuentro con Jesús. Él ha hecho que vengan los niños a misa que participen los padres, que para los niños la misa sea una fiesta, en la que ellos puedan descubrir a Jesús.
En el mes de mayo han hecho la 10 Comunión, 53 niños. Desde entonces hasta las vacaciones, los niños han seguido viniendo cada domingo a misa y a comulgar.
También Mario está muy implicado en Caritas, siempre está atento a las personas, a la gente que trabaja en los distintos grupos, a la limpieza, todo lo que funcionaba antes de la pandemia a él le parece bien, y quiere que siga. Tiene puesta su esperanza en el próximo curso, para que todo vuelva a funcionar.
Y no puedo olvidar a las hermanas Ursulinas, que son un punto fuerte en nuestra parroquia. Ellas llevan participando desde que estaban los trinitarios, son grandes colaboradoras con las que siempre se puede contar, en la catequesis, en el coro, en la limpieza, en el consejo, en liturgia, alli hay alguna de ellas.
Quiero tener un recuerdo muy especial para Amalia, que hace unos años que nos dejó, para vivir la Vida en la casa del Padre. Con ella empezó la Vida Ascendente, que tanto bien ha hecho y sigue haciendo a las personas mayores, (es el grupo más numeroso de la parroquia), Amalia participaba en todo lo que podía, en el grupo de oración, en la biblia, en las misas, era una gran lectora, en los cursos de costura, donde se tomaba un gran interés con las mujeres, con toda la gente que se cruzaba con ella por la calle. Ella era misionera y se notaba su misión.
Y esta es un poco la historia de nuestra parroquia desde el comienzo, hasta el presente.
Espero haber sido fiel a lo escrito, y pido disculpas por si algo no es igual al pasado o al presente.
Doy gracias a don Juan Moreno, (que a pesar de su edad avanzada, conserva una memoria excelente) él me puso al corriente de bastantes cosas que pasaron al principio. A Leonardo Acevedo trinitario gran amigo, que también ha colaborado conmigo, ya Beatriz compañera de camino, que me recordó muchas cosas.
Madrid 18 de agosto de 2021
Mª Carmen Braña Maestre
P. Mariusz Mielczarek, párroco
P. John Boevi, vicario parroquial
P. Alberto João Vicente, capellanía africana